La finca vinícola Muster se encuentra en la región de Styria, en el sur de Austria. La primera mención documental de la finca se remonta al año 1727. Los viñedos estaban mencionados en registros agrícolas que datan de 1787. La finca, con el nombre de la casa Graf, pertenecía al dominio de Arnfels. Aquí se cultivaron uvas durante muchas generaciones.

El mayor cambio en la propiedad digno de mención ocurrió entre 1978 y 1988 bajo Rudolf y Theresia Muster. Revitalizaron y ampliaron los viñedos, además de adaptarlos a los estándares modernos.

La responsabilidad de los viñedos y la bodega pasó, en 1991, a su hijo, Sepp Muster, quien ahora opera la finca, junto con su esposa Maria. Con una actitud para siempre obtener altos niveles de calidad, Sepp logró alcanzar un nivel superior entre los viticultores de Austria. Sin embargo, su producción fue interrumpida por un grave accidente de coche, lo que provocó un largo periodo de rehabilitación.

Tras su pausa creativa, volvió a sus raíces. Muchas de sus impresiones, que trajo de su búsqueda de nuevas experiencias en torno a la viticultura, han reforzado su conocimiento y experiencia. Y dan cuenta de la naturaleza característica de sus vinos: individuales, profundos, de carácter e inspiradores.

En sus viñedos, en su mayoría cultivados a mano, predominan los suelos pedregosos formados por sedimentos arcillosos y limosos, estos suelos se denominan Opok. Los viñedos se cultivan de forma biodinámica para conseguir el máximo nivel de vitalidad en el suelo, en la vid y en los vinos resultantes.

Los vinos se hacen a través de fermentación espontánea, no se filtran y tampoco se le añade azufre.

En la bodega, los vinos se nutren con sensibilidad y se les da la posibilidad de madurar y desarrollarse de la manera más natural posible: “No queremos imponer un estilo determinado a nuestros vinos, sino permitirles la posibilidad de desarrollar su origen individual, con las propias características del suelo. Nuestro objetivo es producir vinos de larga crianza, auténticos y sensibles”.